viernes, 12 de diciembre de 2008

¿DOS LATINOAMÉRICAS?


El comienzo del conflicto
por Clovis Rossi (De la Onda Digital)

Dos latinoaméricas se presentan a la Cumbre de América Latina y Caribe que ocurrirá en Bahía entre el 16 y 17 de diciembre: la de Brasil y la de ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas, un conglomerado formado por Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Cuba y Dominica).

¿Por qué dos? Porque la cumbre ocurrirá justo en medio a una crisis diplomática entre Brasil y Ecuador, con cuyo presidente, Rafael Correa, se solidarizaron los países de ALBA, con lo cual se enfrentan automáticamente al Brasil de Lula.

Bloques y regiones tienen a veces conflictos y divergencias. Pasa con todos. Hasta ahora Brasil venía manteniendo una imagen dialogante, a tal punto que su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó a decir: “Si no he bregado con Bush, no voy a bregar con nadie”.

Pero si se confirma la amenaza de Venezuela, Bolivia, Paraguay de seguir los pasos de Ecuador, de no pagar las deudas que tienen con Brasil, puede haber un cambio radical en el escenario. El asesor internacional de la Presidencia de Brasil, Marco Aurélio García, dice que no. Cree que todo se solucionará antes del 15 de diciembre y que Ecuador pagará su deuda.

Por ahora la cosa sigue hirviendo. El ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, dijo que el gobierno brasileño va a revisar su política de préstamos a Ecuador, Venezuela, Bolivia y Paraguay - que incluye líneas de créditos en bases concesionales, o sea, más baratas - si deciden no pagar sus deudas con el BNDES. BNDES prestó más de US$5 mil millones a estos cuatro países.

Este tipo de transacción ya ocurre hace tiempo. Desde 1998, BNDES financia proyectos de infra-estructura en Latinoamérica con la condición de que empresas brasileñas realicen las obras. “Hasta ahora no hubo ningún caso de no pagamiento”, dijo Luciano Coutinho, presidente del BNDES. La línea de exportación de servicios ya prestó US$ 3 mil millones a países como Argentina, Perú y República Dominicana. De este total, resta aun un saldo deudor de R$ 2,5 mil millones.

Ya el caso con Paraguay es distinto. El gobierno del Paraguay también va a crear una comisión para evaluar la legalidad de la deuda externa del país. La decisión se asemeja a la iniciativa de Ecuador. La deuda paraguaya es de poco más de US$ 2 mil millones pero Brasil no figura entre los principales acreedores. Parte de lo que tiene que recibir se refiere a la financiación de BNDES hecha hace cerca de 3 años para la pavimentación de una carretera. La deuda relacionada a la construcción de la hidroeléctrica binacional de Itaipu no está computada en la deuda externa paraguaya. El acreedor es Eletrobrás.

El nuevo presidente paraguayo, Fernando Lugo, quiere además revisar los precios que Brasil paga por la energía generada por Itaipu.

El comienzo del conflicto

El 21 de noviembre, el gobierno brasileño llamó a consultas al embajador brasileño en Quito, Antonino Marques-Porto, en protesta por el presidente Rafael Correa haber decidido recurrir a un tribunal internacional para no pagar el préstamo de US$ 243 millones concedido por el BNDES (el banco de desarrollo nacional de Brasil) para la construcción, por la empresa brasilera Odebrecht, de la hidroeléctrica San Francisco. El gobierno brasileño consideró la iniciativa inamistosa.

Había antecedentes. En menos de un año la hidroeléctrica presentó problemas y tuvo que ser paralizada por cuatro meses. En octubre, Correa había expulsado a la empresa del país y la acusó de corrupta. El día 26, Correa puso más leña al fuego al ofrecerse a participar de la cumbre de ALBA. En la reunión obtuvo de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Cuba y Dominica la solidaridad en contra de Brasil, aunque no hayan mencionado al país expresamente. El presidente de Ecuador incluyó a Brasil en la categoría “los mismos de siempre”, que estarían presionándolo por luchar por el no-reconocimiento de una deuda que dice ser de “ clamorosa ilegalidad”.

“Mismos de siempre” es una expresión usualmente adoptada por la izquierda para referirse a EEUU o al “imperialismo”, el eterno villano en todas las crisis de la región. Marco Aurélio García, aunque diga que no comenta declaraciones que no leyó, no se contuvo y dijo: “Si él cree que Brasil está entre los mismos de siempre, está completamente equivocado”.

La divergencia apenas lleva a la vida real una división presente en la media internacional hace tiempo entre una izquierda supuestamente moderada, liderada por Lula, y una izquierda supuestamente populista, comandada por Hugo Chávez, el presidente de Venezuela.

Ahora, la divergencia ideológica está aun más nítida. Basta recordar que, en cumbre de ALBA, Chávez fue enfático, como de hábito: “Basta ya de libre mercado” (la cumbre había sido convocada para discutir respuestas “bolivarianas” a la crisis global). En cambio, Lula firmó, en la cúpula del G20 en Washington un texto que dice exactamente lo opuesto: “Nuestro trabajo será guiado por la creencia compartida de que los principios de libre mercado, de comercio y regímenes de inversión abiertos (...) estimulan el dinamismo, la innovación y el empreendedorismo que son esenciales para el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza”.

No hay, por lo tanto, ningún punto en común entre “basta de libre mercado” y la creencia en los “principios de libre mercado”. Bueno, una cosa es la retórica y otra, muy diferente, es la vida real. Por mucho que critique los Estados Unidos, Venezuela mantiene fuertes lazos con Estados Unidos. Chávez aumentó de 68%, en 2001, para 72%, en agosto de 2008, el porcentaje de petróleo venezolano que exporta para Estados Unidos quien sigue siendo el primer socio comercial de Venezuela. Venezuela se ha convertido en el segundo proveedor más importante de petróleo para Estados Unidos entre los países miembros de la OPEP, y el cuarto más importante -después de Canadá, México y Arabia Saudí- de los 73 países que han vendido crudo a ese país durante 2008. Además, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Caracas el 26% de los productos importados que se consumen en el país provienen de Estados Unidos.

El conflicto con Ecuador trajo para la vida real el enfrentamiento retórico. Si Quito, sumado a Venezuela y Bolivia, no honrar, como amenaza, los pagamientos de los US$ 243 millones concedidos por el BNDES, pone en riesgo los CCRs (Convenios de Crédito Recíproco) -especie de cámara de compensación entre los bancos centrales de los países de la Asociación Latinoamericana de Integración.

Cuando una transacción comercial es inscrita en el CCR, el banco central del país importador se responsabiliza ante el banco central del país exportador por el pagamiento de la operación y puede reducir los intereses de un préstamo de 12% para 2%, por ejemplo. “Si la situación con Ecuador afectase al mecanismo de los CCRs,

no tendríamos más un instrumento para facilitar la exportación de servicios”, dice Marco Aurélio. Exportación de servicios es la parte esencial del proceso de integración sudamericana, prioridad número uno de la diplomacia brasilera.

Ahora hay que ver si predomina la división cada vez más nítida entre las dos Latinoaméricas o si llegan a un acercamiento, vía “mesa de negociación”, como lo prefiere el gobierno brasileño, o

si se sigue con la vía de los “micrófonos”, más al estilo Correa y Chávez.

Fuente: Infolatam

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